Los nutrientes minerales

Las plantas se alimentan de nutrientes minerales que hay en el sustrato y que extraen a través de las raíces. Para que estos nutrientes puedan ser absorbidos por la planta deben estar solubilizados en el agua del sustrato. Las plantas solo pueden absorber nutrientes que están disueltos en el agua.

La mineralización de la materia orgánica

Los microorganismos descomponen la materia orgánica que usamos como abono. Estos microorganismos son fundamentalmente bacterias y hongos que consiguen energía para vivir. En la medida que la materia orgánica es descompuesta, los minerales que la formaban son liberados y pasan a ser minerales solubles que pueden utilizar las plantas. Este proceso se conoce como mineralización de la materia orgánica.

La materia orgánica que utilizamos como abono dispone de una cantidad importante de nutrientes mineralizados y la planta los tiene a su disposición. Si utilizamos abonos líquidos, suelen tener mayor cantidad de minerales solubles pero su efecto es más a corto plazo.

La mineralización de la materia orgánica es progresiva. Los primeros 2 -3 meses se mineraliza la que es más fácilmente descomponible. El resto puede tardar meses o incluso años. En épocas de mayor temperatura, la mineralización es mayor. Si removemos el sustrato también aceleramos la descomposición y, por lo tanto, la mineralización.

El control del abonado

Ya que la aportación de nutrientes de la materia orgánica es progresiva, es interesante controlar el nivel de abonado del huerto para saber cuando es necesario añadir más abono. Hay tres maneras complementarias de realizar dicho control:

Calendario: tener una libreta donde apuntar cuándo realizamos el último abono y el tipo de compost o abono que utilizamos puede ser de mucha ayuda.

Observación de la planta: las hojas de color amarillo (clorosis), los márgenes de las hojas de color violáceo o las puntas de las hojas quemadas pueden ser síntoma de falta de algún nutriente.

Control de la conductividad eléctrica: la presencia de minerales en el suelo redunda en un aumento de la conductividad eléctrica. Medir este dato nos da una información valiosa del nivel general de minerales, y por lo tanto, del nivel general de abono.

El conductímetro

El conductímetro «Fertometer» es un aparato que mide la conductividad directamente en el sustrato del huerto. El funcionamiento es sencillo. Se clava la sonda y se pulsa el botón de medición. Si la luz es verde, significa que el nivel de abonado es correcto, si es rojo, significa que es excesivo y si es amarilla, el nivel es bajo y es necesario abonar.

Debemos usar el conductímetro cuando el sustrato está húmedo, por ejemplo poco rato después del riego, una o dos horas. Si realizamos la medida con el sustrato muy seco, el resultado puede no ser representativo.

La información que da el conductímetro es una medida del nivel general de sales minerales, pero puede ocurrir que el nivel general sea óptimo y, por alguna razón desconocida, el nivel de algún nutriente en particular sea demasiado bajo.

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Los nutrientes minerales son esenciales para obtener buenas cosechas.

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La descomposición de la materia orgánica libera nutrientes minerales

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La clorosis y las manchas marrones indican claramente que la planta no dispone de nutrientes suficientes

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Los colores púrpuras de este perejil son un síntoma de falta de nutrientes.

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El conductímetro nos da una valoración del nivel de abonado del sustrato

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Phímetro

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Es necesario un buen manejo del sustrato para encontrar el equilibrio

El pH

El pH es la medida de la acidez o la alcalinidad de un líquido, en nuestro caso, del agua del sustrato. El pH mide la actividad de los iones hidrógeno o protones (H+). Los sustratos ácidos tienen un pH bajo, menor de 7 y los sustratos básicos o alcalinos, un pH alto, mayor de 7. El pH de 7 se considera neutro.

El pH tiene una influencia decisiva en la disponibilidad de nutrientes para la planta. La mayoría de hortalizas cultivadas en sustratos orgánicos se adaptan bien a pH ligeramente ácidos, entre 5,5 y 7. Si el pH es muy ácido (menor que 5,5) la planta puede tener problemas para absorber nutriente como el calcio, el magnesio o el fósforo. Si el pH es muy básico (mayor de 8) puede haber problemas de absorción de hierro o manganeso.

Buscar el equilibrio

La fertilización de las plantas es mucho más compleja que añadir abono cuando le falta a la planta. A parte del pH, hay muchos factores que pueden influenciar en la absorción de nutrientes:

  • Un exceso de abono puede ser tanto o más perjudicial que un nivel bajo. La presencia de algunos elementos en exceso puede perjudicar la absorción de otros elementos.
  • La falta de oxígeno en las raíces, debido a un sustrato poco poroso o a un exceso de riego, provoca que las raíces no puedan realizar correctamente su función de absorber nutrientes.
  • Un buen nivel de microorganismos ayudará a que los procesos de mineralización y absorción sean mejores. En cierta manera, los microorganismos del suelo o del sustrato son para las plantas como para los humanos los microorganismos de nuestro sistema digestivo. Sin ellos no es posible la nutrición.

En conclusión se trata de buscar un equilibrio entre un correcto abonado, un buen sustrato y un manejo correcto del huerto. Debemos pensar en el sustrato como en un buen vino, el cual debemos cuidar para que madure y mejore con el paso de los años.