El espigado de la lechuga

El espigado de la lechuga se produce cuando en el centro de la planta crece un tallo que dará lugar a flores con sus consiguientes frutos. En condiciones normales, este espigado se da a partir de los dos meses del trasplante pero, a veces, se da antes. La lechuga espigada, aunque la espiga sea tan pequeña que cueste trabajo verla, es amarga. Las causas de esta floración prematura pueden ser varias: temperaturas muy altas, falta de abono o falta de agua… Cuando una lechuga empieza a espigar no se puede hacer nada pero podemos aprovechar la ocasión y dejar que florezcan con el objeto de recoger la semilla.

La pudrición apical del tomate

En el extremo del fruto aparece una zona circular, de color blanco al principio, evoluciona a un color más oscuro y se hunde. La causa de esta fisiopatía suele ser la falta de calcio. Una manera sencilla de aportar Calcio a la planta puede ser añadiendo una cucharadita de leche en polvo al sustrato de cultivo.

Algunas variedades son más sensibles que otras a este problema, por lo tanto es interesante, cuando tenemos el problema, saber la variedad que hemos comprado y no utilizarla más.

Agrietado del tomate

Consiste en la formación de grietas radiales o circulares en el fruto. Estas grietas pueden convertirse en vías a través de las cuales los hongos o las bacterias pudren el tomate. Las causas de esta fisiopatía pueden ser varias: un riego irregular o temperaturas muy altas y humedad relativa muy baja.

Al igual que en el caso de la necrosis apical, algunas variedades son más sensibles que otras a este problema.